La ley es del más fuerte, la pasión del más valiente. Y de Fassbinder por supuesto.
- ¿Cómo se debe besar? - como en Hollywood - y atrae a la chica entre sus brazos. Los atracos tienen final feliz y las pelis de gangsters también. Por eso Michel Poiccard nunca muere. Huye al norte en un 600.
Mientras tanto suena Wagner y llueve tanto que apenas queda espacio bajo los arcos que rodean el parque El universo se detiene y pasa Michel, cubriéndose con un plástico. Al cruzar, la lluvia flota etérea, las luces del coche le enfocan. Con cada mano sujeta el plástico, eleva sus brazos. En puro silencio ondea su capa y ligero como el aire cruza corriendo sin dejar huella. Cuando toca la otra acera, el tiempo vuelve a acelerarse y Michel, inconsciente de su heroicidad, desaparece por un oscuro callejón.
Un segundo ha bastado para que Michel Poiccard evadiera su destino. Y así, con su botín en el bolsillo se va al cine. Entonces sigue sonando la Caída de los Dioses de Wagner.
- ¿Cómo se debe besar? - como en Hollywood - y atrae a la chica entre sus brazos. Los atracos tienen final feliz y las pelis de gangsters también. Por eso Michel Poiccard nunca muere. Huye al norte en un 600.
Mientras tanto suena Wagner y llueve tanto que apenas queda espacio bajo los arcos que rodean el parque El universo se detiene y pasa Michel, cubriéndose con un plástico. Al cruzar, la lluvia flota etérea, las luces del coche le enfocan. Con cada mano sujeta el plástico, eleva sus brazos. En puro silencio ondea su capa y ligero como el aire cruza corriendo sin dejar huella. Cuando toca la otra acera, el tiempo vuelve a acelerarse y Michel, inconsciente de su heroicidad, desaparece por un oscuro callejón.
Un segundo ha bastado para que Michel Poiccard evadiera su destino. Y así, con su botín en el bolsillo se va al cine. Entonces sigue sonando la Caída de los Dioses de Wagner.
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